30 abr 2012

Soñar con costuras


Por fin, y después de muuuucho tiempo, vuelvo a tener máquina de coser, y esta vez funciona perfectamente. Debido a mis aficiones extrañas, me he aficionado a coser. Al principio recurría a casa de una amiga, pero me cansé de tener que depender de otra persona para poder realizar mis proyectos, así que decidí comprar una máquina de coser.

No me compré ninguna, pues resulta que tenía una en casa que llevaba unos 20 años sin utilizarse. Hice unas cuantas pruebas para saber cómo funcionaba y aprendí relativamente rápido, lo que no quiere decir que sepa coser bien. Así que me decidí con uno de mis proyectos y, cuál fue mi sorpresa al ver que la máquina no me cosía bien el vestido. Parecía una broma pesada, pues las cosas tontas las cosía bien, y lo que me importaba era un tremendo desastre.

A pesar de que la llevé a reparar, y en la tienda cosía estupendamente, en casa no hacía más que darme problemas. Esta última vez me cansé, la dejé en la tienda y, dos semanas más tarde, ya la tengo otra vez conmigo y, ahora sí, me cose bien, tanto en las pruebas como en el mismo proyecto.

23 abr 2012

Soñar con un circuito termal


Hacía mucho, muchísimo tiempo, que quería ir a un balneario o a un spa. Siempre había oído que eran una gozada y que relajaba cuerpo y mente, y como tengo una vida bastante estresante, me apetecía probarlo.
Con motivo de mi cumpleaños, y aprovechando que tengo que proyectar un SPA, mis amigos me regalaron un vale por un circuito termal en un SPA urbano. Y la verdad es que no me ha defraudado nada. 

El comienzo del circuito, obviando los vestuarios, es una piscina de chorros de cuello de cisne. Se llaman así porque son una especie de duchas curvas con la forma del cuello de ese animal, y que en la zona donde estaría el pico, sale un chorro a presión de agua caldeada. Relaja totalmente la zona cervical y la parte superior de la espalda.

Después pasas a unas hamacas acuáticas en una piscina, también de agua caliente, con burbujas, tipo jacuzzi. Al principio me encontraba un poco incómoda, porque se tiene que estar tumbado y la tendencia del cuerpo es flotar. Pero claro, si flotas, las burbujas del agua te arrastran de la hamaca. Por eso han puesto unas agarraderas, para evitar ir flotando a la deriva por la piscina.

Lo siguiente es una piscina de agua calentita, a unos 50º C. En ésta estás sentado y totalmente relajado, disfrutando del calorcito, a pesar de que la entrada inicial es un poco dura, porque es más caliente de lo que estamos acostumbrados.

Pero para entrada dura la de la siguiente piscina. Agua a 10º C. Realmente es un contraste increíble para nuestro cuerpo y para nuestra piel. No he sido capaz de meterme más allá de la cintura, pero la encargada del spa me ha dicho que soy muy valiente por haber sido capaz de meterme ahí.

El pediluvium, que era el siguiente paso, consiste en ir andando por cantos rodados mientras un montón de chorros de agua te van dando por las piernas. El agua, además, va cambiando de temperatura: de caliente a fría y otra vez a caliente. El recorrido hay que hacerlo un par de veces.

Tanto la terma como el baño turco han sido asfixiantes y me han provocado tos. Tanto calor y tanta humedad me quemaban la garganta, y hacía que sudara a chorros. Creo que en mi vida he tenido la piel tan libre de toxinas.

La ducha escocesa es una gozada. Es una ducha en cuatro partes. La primera son unos 6 chorros en la parte inferior de las piernas, cambiando de temperatura, como en el pediluvium. Luego se pasa a la parte intermedia y posteriormente a la parte superior del cuerpo, todo ello con los chorros de agua. Por último, es una ducha de agua fría y caliente.

Y la última ducha es una biotermal con aceites de sei an, o algo así. Es una ducha de agua continua que hace el circuito dos veces, pasando de agua caliente a fría, y terminando, afortunadamente, en caliente. La fría había veces que costaba de soportar.

Ha sido una gran experiencia y lo he disfrutado muchísimo. Quizá la única pega era que no lo he podido disfrutar todo lo que me hubiera gustado porque tenía que pensar en el trabajo también. Pero ha sido un gran regalo.

9 abr 2012

Soñar con el Titanic


Pues sí, en un tiempo en el que vamos a vivir un acoso total del Titanic por ser el centenario de su viaje inaugural y hundimiento, voy y escribo una entrada cuyo título contiene la palabra del malogrado barco.
Sin embargo, contra todo pronóstico, no voy a dar la murga sobre lo mucho que me habría gustado haber viajado en ese maravilloso transatlántico (sin que se hundiera, claro), visto su majestuosidad y lujo, o vestido esos maravillosos trajes de 1912. No. De lo que voy a hablar es de algo que he visto muchas veces y, sin embargo, esta es la primera vez que me he dado cuenta.

Hace poco han dado una película que, parecía, era bastante fiel a la realidad del Titanic y de sus sentimientos. Y ahí es donde quiero llegar, a esos sentimientos que hemos visto en muchas películas y pocas veces he hecho caso. En ese barco, mucha gente tuvo que separarse de sus familiares, sus parejas, sus hijos, con tal de sobrevivir unos e, irremediablemente, morir otros. Esto es algo que siempre he dado por sentado, pues de sobras es sabido el típico “mujeres y niños primero”. Pero viendo esa película me puse en la piel de muchas de las personas que tuvieron que pasar por esa situación.

Me imaginé que era yo la que viajaba junto a mi pareja, y que un iceberg, unido a un montón de errores humanos, me obligara a separarme de él. ¿Podría ser capaz de hacerlo, sabiendo que seguramente sería la última vez que estuviera con él? Y si lo hiciera, ¿podría vivir con el sentimiento de culpa de haberlo abandonado a su suerte? Sé que quedándome en el barco no habría ganado nada, pero separarme de la persona a la que más quiero por una decisión así sería un golpe tan duro del que no sé si sería capaz de reponerme algún día.

4 abr 2012

Soñar con don de animales


En muchos juegos de rol existe una habilidad o ventaja llamada “don de animales”.  Se supone que esa habilidad te sirve para tratar con los animales, tener afinidad con ellos y conseguir que te hagan favores, o sean tus animales de compañía y te sirvan bien. Como suele estar en mundos fantásticos, nunca había pensado que este “don” pudiera existir en la realidad.

Sin embargo, ya son varias las personas que me dicen que tengo una habilidad especial para tratar con los animales, sobre todo con los gatos y los perros. Al principio no hacía caso, pero luego me puse a pensar, y sí parece cierto que estos animales vienen a mí antes que a otras personas.

Como ya he puesto anteriormente, siempre me han gustado los bichejos, y desde hace muchos años tengo un perro al que quiero un montón, y que me ha enseñado muchas cosas. Creo que gracias a él, ahora el resto de bichillos me tiene más cariño.

Y es que no es raro que, paseando por la calle, muchos perros me vean y quieran jugar conmigo, dándome sus juguetes o saltándome para saludar. O gatos callejeros que vienen a que les dé mimos. O bien en casas ajenas, que no me cuesta ganarme al animalito de turno.

Este fin de semana pasado he estado en una casa donde había un gato encantador, pero me costó que me hiciera caso y viniera voluntariamente. Pensaba que había perdido ese “don”, y por eso me dio por pensar en esta entrada y en este tema. Ahora sí creo que es posible que esta habilidad exista.