11 dic 2011

Soñar con la felicidad

La felicidad es, quizá, el sentimiento más agradable y placentero que podemos tener en vida. Y es por esto que mucha gente basa su existencia en la búsqueda de ésta. Sin embargo, muchas veces estas personas, en su afán de encontrar la felicidad más completa, no ven más allá de sus propias narices y no disfrutan de los pequeños momentos que nos ofrece la vida y que también son placenteros.

Seguramente el disfrutar de una buena película con los amigos o la pareja no basten para alcanzar la felicidad perpetua, sin embargo sí hacen que nos sintamos mejor, mejora nuestra autoestima y nos da energías y fuerzas para alcanzar nuestros propósitos.

Me da mucha pena la gente que necesita ir a risoterapia porque, de otra manera, no se reiría ni una sola vez al día. Un día puedes tenerlo triste, estar melancólico o simplemente no tener ganas de nada. Pero de ahí a pasar semanas enteras sin un esbozo de sonrisa es algo que no alcanzo a comprender.

Tenemos que reírnos, sobre todo de nosotros mismos. Y reírnos también de las cosas malas, aunque parezca contradictorio. Muchas veces hemos oído, e incluso dicho aquello de “me río por no llorar”. Y es que es cierto, debemos reírnos de las cosas malas que nos suceden. Y no me malinterpretéis, que no con esto le resto importancia, más bien al contrario. Debemos tener las fuerzas necesarias para afrontar los problemas, y si nos dejamos llevar por la tristeza que ese hecho tan desafortunado nos ha dejado, jamás lograremos ver la luz al final del túnel. 

La línea entre la risa y el llanto es muy fina, pero debemos mantenernos del lado de la alegría, pues es la que nos dará mejor resultado. Quizá no logremos alcanzar nunca la felicidad completa, pero al menos sí disfrutaremos la vida.

14 nov 2011

Soñar con arquitectura

Ya mencioné en el tema de los vampiros que éstos eran un tema recurrente en mis sueños. Pues bien, hoy voy a presentar otro, que no es otro que el que da nombre a esta entrada: la arquitectura.

Está claro que la arquitectura está siempre presente en los sueños, a no ser que estemos en un bosque o una playa sin ninguna construcción alrededor, pero me refiero a aquellos edificios que, por una manera u otra, nos llaman la atención en nuestros sueños.

El que más me marco, y por eso es el que más recuerdo, es un sueño en el que un amigo y yo habíamos quedado para dar una vuelta. Quedamos delante de unos chalecitos adosados en medio de la ciudad, y cuando me volví, vi el edificio que me marcó. Se trataba de una catedral en ruinas, de la que apenas quedaban unos cuantos muros de piedra gris, antigua y que imponía.

Hasta aquí, poco hay de raro. Sin embargo, esta catedral estaba en la esquina de una manzana de edificios de viviendas de los de ahora. Hay pocas iglesias que estén en esquinas, como la de San Carlino, en Roma, pero catedrales, no conozco ninguna.

Pero esa no era la única rareza que tenía. Me acerqué a él y, cual fue mi sorpresa al descubrir que tenía una puerta moderna de cristal y, al entrar, me encontré con un lugar cubierto y muy oscuro. ¿No se suponía que estaba en ruinas, y que no había ni techo? Pero al girarme vi unos carteles iluminados. ¡Me encontraba en un cine!

Es por eso que, aunque siempre estamos rodeados de arquitectura, a veces nos puede sorprender incluso en nuestros sueños.

26 oct 2011

Soñar con la época victoriana

No hace tanto que empecé con mi afición por el siglo XIX, y comenzó de la manera más tonta.  Siempre me han gustado las novelas detectivescas, del estilo de Agatha Christie o el inspector Maigret. Debido a esto, mi madre decidió dejarme unas novelas de la escritora Anne Perry. Éstas pertenecen a dos series distintas: una sobre el detective privado William Monk, sobre 1885, y la otra sobre el policía Thomas Pitt, en torno a la época de Jack el Destripador. De esta manera, leyendo casos realmente asombrosos que hacen que no pueda parar de leer, me fui adentrando en un mundo maravilloso.

Maravilloso, sí, pero no sé cuánto habría durado yo en ese mundo. Los pobres se ganaban la vida como criados, si valían, se comportaban y si tenían buenas referencias, y si no se dedicaban a trabajar de lo que podían: vendiendo empanadas en puestos ambulantes, cordones y suelas de zapatos, flores,… si no, podían ser explotados en fábricas en las que trabajaban de sol a sol por un jornal que, normalmente, no era suficiente y obligaba a las mujeres a hacer la calle.

Los ricos, por su parte, debían de aprender a sobrevivir en su propio mundo, donde los eufemismos y la cortesía extrema estaban a la orden del día.
Pero el peor papel e lo llevaban las mujeres, que dedicaban sus días a las visitas de rigor, a ser buenas anfitrionas, a pintar o bordar según las aptitudes de cada una, a estar impecables en cualquier momento del día, a parecer frágiles y encantadoras. No podían leer el periódico más allá de la sección de actualidad, y había muchos libros que estaban prohibidos para ellas, pues había que protegerlas y mantenerlas ignorantes del resto del mundo.

Y, a pesar de todo esto, sigo diciendo que es una época maravillosa. ¿Y por qué? Pues porque los edificios eran preciosos, verdaderas obras de arte. Porque fue un siglo lleno de descubrimientos, como el del teléfono o la luz eléctrica, así como la India o África. Porque la gente tenía una buena educación y unos exquisitos modales, así como la moda era muy elegante. Porque a nivel artístico hubo unos pintores increíbles, como Rossetti o Moreau. Porque comienzan a preocuparse por las ruinas arqueológicas y por la restauración. Porque las mujeres comienzan a exigir sus derechos. 

Por estas y otras cosas, por este siglo lleno de cambios y contradicciones, es por lo que soy una gran enamorada de esta época.

23 oct 2011

Soñar con escribir

Muchas veces sentimos tremendas ganas de escribir y, sin embargo, no nos ponemos a ello. Y si al final acabamos delante del ordenador con la idea de escribir algo, no sabemos cómo empezar o cómo ir hilando frases. Salen párrafos incoherentes e inconexos que no sabes muy bien cómo has logrado escribir.
Hay otras veces que, en tus pensamientos, salen unas frases magníficas y luego, a la hora de plasmarlas en papel, esas frases pierdan la fuerza y la majestuosidad que en tu cabeza sí tenían. 

Sin embargo, los buenos propósitos siempre están ahí. Esos nunca faltan. Y en mis buenos propósitos se encuentran una serie de relatos cortos, de temas diversos, como un relato victoriano, otro steampunk, y otro sobre vivencias propias. Los dos primeros son temas de los que soy una gran apasionada, pero que no hace mucho que empecé a interesarme. Y, seguramente, acabaré escribiendo varias entradas en el blog para explicarlo un poco mejor.

Otro de mis propósitos es escribir una especie de novela cuya protagonista es una mujer que tiene muchísimo de mí, en un mundo de fantasía. Debo decir que no me gustan demasiado las novelas de este tipo, pero era el único género en el que el personaje que quería crear tenía cabida. Quizá en el futuro pueda adelantar un poco, pero de momento habrá que esperar.

21 sept 2011

Soñar con viajes

¿Quién no ha soñado nunca con realizar un viaje? Da lo mismo a dónde, o con quién. Todos hemos dicho alguna vez la típica frase de: si tuvieras mucho dinero, ¿dónde te gustaría ir? Yo he llegado a la conclusión de que necesitaría demasiado, pues hay muchísimos rincones del mundo que me encantaría ver. 

Siempre he querido ver los castillos del Loira, los fiordos noruegos, la ciudad de Londres, la Selva Negra, la Acrópolis de Grecia, la ciudad prohibida de China, los espectaculares bazares de la India y de Marruecos, las pirámides de Egipto, Petra, las ruinas incas, aztecas y mayas,… ¡Son tantos y tantos lugares, que me pierdo con la cuenta!

Pero soñar es gratis, y pienso que algún día podré ir a muchos de estos preciosos lugares, y a muchos más. Tampoco hace falta irse demasiado lejos para disfrutar de un buen viaje. El último fue a 4 horas de la ciudad donde vivo, y no sólo me lo pasé estupendamente, sino que estoy deseando realizar otro viaje. Y, quién sabe, quizá consiga una máquina del tiempo que me lleve a ver las glorias del pasado como si fueran presente. Al fin y al cabo, los sueños sueños son, ¿no?

29 jul 2011

Soñar con mi príncipe azul

Las mujeres, desde que son niñas, están a la búsqueda y captura del llamado “Príncipe azul”. No hay más que leer los cuentos infantiles y ver que todas buscan al hermoso príncipe encantador, del que se enamoran nada más verle. Y así nos pasamos gran parte de nuestra vida, creyéndonos princesas que algún día encontrarán a su hombre perfecto. A su príncipe. 

No conozco a ninguna mujer que en su niñez no se imaginara como Blancanieves o la Bella Durmiente. Al fin y al cabo, ¿por qué no? A todas nos gusta pensar que somos guapas y que un hombre maravilloso, guapo y atento se fijará en nosotras y nos hará felices. Pero la realidad es que, ni somos princesas de cuento, ni el hombre perfecto existe. 

Cuando era adolescente muchas amigas me describían los rasgos que debía tener su príncipe azul. Yo era incapaz. Buscaba muchas cosas, y a la vez no buscaba ninguna. Todas queremos que nuestro príncipe sea guapo y atractivo, ¿pero es eso lo más importante? También queremos que nos haga reír y sea cariñoso, pero no será el primero que presenta una imagen de hombre seductor que te halaga con palabras y bromas, y al final te deja en la estacada. Buscamos entonces a un príncipe que nunca nos haga daño y que nos quiera. ¿Entonces en qué se diferencia de un simple amigo? 

Buscar al príncipe azul es una tarea difícil, pero una vez aceptamos que el hombre perfecto no existe, podemos permitirnos volver a creer que somos una princesa que buscamos un príncipe. O bien que somos una dama medieval que ama a un caballero, un hombre bueno y con honor, como se refleja en este hermoso cuadro prerrafaelista.

9 jul 2011

Soñar con vampiros

Cuando se nombra la palabra vampiro, lo primero que viene a la mente es un ser sobrenatural que se alimenta de sangre humana. Pero un vampiro es eso y mucho más. El vampiro es un ser fascinante. Es un ser que antes estaba vivo, era una persona tan viva y real como tú y como yo y que ahora ya no vive. No vive y sin embargo se mueve. Puede hablar, puede andar, expresa emociones,… pero está frío, muy frío. Su corazón dejó de latir hace tiempo. Y ahora están teniendo lo que ellos llaman una no-vida.

Los vampiros tienen algo que nos atrae. Por lo general, una vez se han convertido en vampiros, su apariencia se hace más atractiva, como si tuvieran una especie de aura de misterio, belleza y terror fascinante. Tengo ante mí un puzle precioso cuya imagen es una pareja de amantes. La chica tiene los ojos cerrados y su cara refleja candidez. Detrás, cogiéndola por la espalda en una actitud muy cariñosa, hay un vampiro que se acerca suavemente a su cuello. Es una imagen que sugiere infinidad de cosas: ternura, amor, fascinación, deseo, intriga…

Quizá es por esta serie de cosas que los vampiros ocupan gran parte de mis sueños nocturnos. Desde pequeña he soñado con vampiros. Al principio, los tomaba como pesadillas, pues eran sueños relativamente normales hasta que salían los vampiros, y era en ese momento cuando me despertaba. Poco a poco los vampiros dejaron de salir al final de los sueños y se convirtieron en los verdaderos protagonistas. Incluso llegaban a mi ventana y me invitaban a ir con ellos a pasear por la ciudad a la luz de la luna y de las sombras.

Sin embargo, ya hace algún tiempo que no aparecen en mis sueños. Quizá esta noche alguna me acoja durante un tiempo, y me muestre los encantos que presenta su no-vida.

17 jun 2011

Soñar con gatos

Desde pequeña adoro los animales. De hecho, lo que quería era ser veterinaria, para poder cuidar todavía mejor de ellos. Pero pronto mis padres truncaron ese sueño, y tuve que conformarme con poder mirarlos y mimarlos. Me encantan sobre todo los mamíferos, y cuanto más peludos, mejor. Así, no puedo resistirme a los gatos de las arenas, los linces ibéricos, los osos, los leopardos, los conejos, los perros y, cómo no, los gatos. Los gatos son mis animales favoritos, y es que son animales con mucha personalidad. Son independientes, elegantes y ariscos, pero también son limpios, cariñosos, juguetones, dormilones,…, y te dan muchas alegrías.
 



 
Todavía no he tenido la suerte de tener mi propio gato, aunque es un sueño que sé que algún día se hará realidad. Pero sí he podido estar en casas en las que están estos adorables animales y he podido comprobar que, en poco tiempo y si se les trata bien, pueden cogerte mucho cariño.

Recuerdo que pasé cuatro semanas en una casa donde había una gata de unos tres meses. Era blanquita y muy curiosa, aunque al principio me miraba con recelo y apenas venía donde mí. Poco a poco fue cogiendo confianza, y se subía a mi regazo para jugar conmigo. E incluso algunas veces la sorprendí durmiendo en mi cama. La dueña me dijo que, antes de que llegara a esa casa, la gata no entraba nunca en esa habitación. Y sin embargo, cuando yo no estaba, me echaba de menos y se dormía entre mis cosas. En cuestión de poco tiempo, esa gatita me tomó mucho cariño y fui su compañera de juegos.

Ahora, tan sólo sueño en tener mi propio gato, y en ser tan importante para él como él lo será para mí. 

15 jun 2011

La realidad de los sueños

Existen dos tipos de sueños: los que se tienen cuando se está en la cama, dormido, y los sueños que se tienen despierto. Los primeros pueden ser plácidos, o bien convertirse en terribles pesadillas. Los segundos son aquellos que nos dicen qué es lo que realmente queremos, o nos gustaría tener. Ambos son solamente eso, sueños y, sin embargo, pueden llegar a ser reales, o al menos, parecerlo. 

Algunas veces estando en la cama, he tenido sueños realmente absurdos que me han demostrado claramente que aquello no era real. Sin embargo, algunas veces me he despertado con la extraña sensación de que no sabía si lo que daba vueltas en mi cabeza había sucedido o solamente era un producto de mi imaginación. Por otro lado, deseos que veía posibles se han ido al traste en un santiamén, y sueños que estaba convencida de que jamás podría llegar a tener o realizar, los he visto cumplidos, y me han dado una gran alegría. 

Uno de esos sueños, o deseos, que pensaba que no iba a realizar jamás era el de tener mi propio blog. Veía cómo la gente ponía sus opiniones y sus cosas, y yo no me veía capaz de hacer lo mismo. Pero al final lo he hecho. Y precisamente por ser un sueño conseguido, y tras mucho pensar y desechar, me he decantado por llamarle al blog “La realidad de los sueños”. Es un nombre ambiguo, pues quiero hablar en el blog de estos dos tipos de sueños, y lo que significan para mí.