17 jun 2011

Soñar con gatos

Desde pequeña adoro los animales. De hecho, lo que quería era ser veterinaria, para poder cuidar todavía mejor de ellos. Pero pronto mis padres truncaron ese sueño, y tuve que conformarme con poder mirarlos y mimarlos. Me encantan sobre todo los mamíferos, y cuanto más peludos, mejor. Así, no puedo resistirme a los gatos de las arenas, los linces ibéricos, los osos, los leopardos, los conejos, los perros y, cómo no, los gatos. Los gatos son mis animales favoritos, y es que son animales con mucha personalidad. Son independientes, elegantes y ariscos, pero también son limpios, cariñosos, juguetones, dormilones,…, y te dan muchas alegrías.
 



 
Todavía no he tenido la suerte de tener mi propio gato, aunque es un sueño que sé que algún día se hará realidad. Pero sí he podido estar en casas en las que están estos adorables animales y he podido comprobar que, en poco tiempo y si se les trata bien, pueden cogerte mucho cariño.

Recuerdo que pasé cuatro semanas en una casa donde había una gata de unos tres meses. Era blanquita y muy curiosa, aunque al principio me miraba con recelo y apenas venía donde mí. Poco a poco fue cogiendo confianza, y se subía a mi regazo para jugar conmigo. E incluso algunas veces la sorprendí durmiendo en mi cama. La dueña me dijo que, antes de que llegara a esa casa, la gata no entraba nunca en esa habitación. Y sin embargo, cuando yo no estaba, me echaba de menos y se dormía entre mis cosas. En cuestión de poco tiempo, esa gatita me tomó mucho cariño y fui su compañera de juegos.

Ahora, tan sólo sueño en tener mi propio gato, y en ser tan importante para él como él lo será para mí. 

15 jun 2011

La realidad de los sueños

Existen dos tipos de sueños: los que se tienen cuando se está en la cama, dormido, y los sueños que se tienen despierto. Los primeros pueden ser plácidos, o bien convertirse en terribles pesadillas. Los segundos son aquellos que nos dicen qué es lo que realmente queremos, o nos gustaría tener. Ambos son solamente eso, sueños y, sin embargo, pueden llegar a ser reales, o al menos, parecerlo. 

Algunas veces estando en la cama, he tenido sueños realmente absurdos que me han demostrado claramente que aquello no era real. Sin embargo, algunas veces me he despertado con la extraña sensación de que no sabía si lo que daba vueltas en mi cabeza había sucedido o solamente era un producto de mi imaginación. Por otro lado, deseos que veía posibles se han ido al traste en un santiamén, y sueños que estaba convencida de que jamás podría llegar a tener o realizar, los he visto cumplidos, y me han dado una gran alegría. 

Uno de esos sueños, o deseos, que pensaba que no iba a realizar jamás era el de tener mi propio blog. Veía cómo la gente ponía sus opiniones y sus cosas, y yo no me veía capaz de hacer lo mismo. Pero al final lo he hecho. Y precisamente por ser un sueño conseguido, y tras mucho pensar y desechar, me he decantado por llamarle al blog “La realidad de los sueños”. Es un nombre ambiguo, pues quiero hablar en el blog de estos dos tipos de sueños, y lo que significan para mí.